La calidad del profesorado: ¿Es el MIR la solución?


Este es el título de un artículo publicado por Apuntes fedea en 2011, obra de Antonio Cabrales y Florentino Felgueroso[1]. En él se reflexiona sobre la propuesta para modificar el proceso de selección de los nuevos profesores en la enseñanza secundaria pública, incluyendo un examen de acceso “más riguroso” y una fase de prácticas en las aulas (análogos del MIR en Medicina).

Los mismos autores sugieren que “algo como el MIR no es un buen instrumento, porque no puede librarnos de ese porcentaje de malos profesores que no se pueden detectar con un simple examen, ni con un título”; y a continuación, plantean como alternativa la evaluación final de los docentes (tras el periodo de prácticas) a través de los resultados de sus alumnos en distintos centros públicos.

Esta alternativa me parece más adecuada, al valorar también el entorno escolar en el que trabaja el profesor. Como hemos analizado desde un punto de vista sociológico, el ISEC (índice socio-económico-cultural de las familias del centro) es otro de los aspectos determinantes en el rendimiento académico de los estudiantes, y me ha llamado la atención que no se mencione en el artículo como tal, cuando es una de las causas más segregadoras del sistema educativo.

Por otro lado, la continua referencia a los resultados académicos hace que me plantee el carácter de la evaluación.  En ningún momento se menciona el aprendizaje por competencias  y me surgen dudas sobre cómo se va a evaluar si un profesor ha trabajado, por ejemplo, las competencias sociales y cívicas en el aula. ¿Se va a reflejar si ha conseguido mejorar el bienestar personal y colectivo de sus alumnos en la evaluación o vamos a seguir valorando sólo el aprendizaje de contenidos?

Es sin duda un tema complejo que necesitaría un análisis muy detallado para garantizar su eficacia, porque estamos hablando de la formación de personas, no de máquinas que deban alcanzar un determinado rendimiento en aras de mejorar la economía.




[1] Cabrales A. y Felgueroso F. (2011). La calidad del profesorado: ¿es el MIR la solución? Apuntes fedea

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